La luz ultravioleta como desinfectante

La luz ultravioleta de rango germicida (UVC) acaba con cualquier microorganismo de forma rápida, segura y eficaz. 

La inactivación de patógenos gracias a la luz UVC se ha estudiado desde principios del siglo pasado.

Su uso está generalizado para el tratamiento de agua (potable y residual), el ámbito sanitario, la inclusión en las cabinas de flujo laminar para esterilizarlas, la industria alimentaria o la farmacéutica.

El avance de la tecnología, y su adaptación a diferentes dispositivos, han convertido a la luz UVC en una tecnología al alcance de todos.

Beneficios de la UVC

  • Inactiva todo tipo de patógenos en poco tiempo
  • No se conoce ningún patógeno resistente a la luz UVC
  • No es tóxico
  • Eficiencia respaldada por estudios científicos
  • Es muy rápido, solo son necesarios unos pocos minutos
  • No requiere una preparación especial ni tiempos de espera posteriores
  • No deja residuos ni cambia las propiedades de los materiales
  • No requiere consumibles
  • No necesitas estar presente durante el proceso
  • Bajos costes en comparación con la desinfección química
  • Sin mantenimiento: la reposición de las lámparas es el único coste de mantenimiento y tienen una duración no inferior a 8.000 horas
  • Respetuoso con el medio ambiente: no hay productos químicos peligrosos que requieran almacenamiento o manipulación especializados y no hay problemas de sobredosis. Dado que no se añaden productos químicos al aire/agua, no hay subproductos del proceso de los que preocuparse
  • Inactiva todo tipo de patógenos
  • Ningún patógeno resistente a la luz UVC
  • Es muy rápido
  • Sin tiempos de espera
  • No deja residuos
  • No es tóxico
  • Sin consumibles
  • No necesitas estar presente
  • Bajos costes
  • Sin mantenimiento
  • Evidencias científicas
  • Respetuoso con el medio ambiente

¿Qué es la UVC?

La luz ultravioleta se divide en tres tipos principales (A, B y C).

Los rayos UVC son absorbidos por la capa de ozono por lo que no alcanza a penetrar en la atmósfera.

UVA

400 a 315 nm

Luz negra. Curado de adhesivos y plásticos. Inspección de sustancias fluorescentes. Atracción de insectos.

Causa envejecimiento manchas y melanoma.

UVB

315 a 280 nm

Cabinas de bronceado, producción de Vitamina D, tratamiento de la psoriasis, curado de materiales.

Causa melanoma y quemaduras de piel.

UVC

280 a 200 nm

Esterilización de agua, aire y superficies. Secado rápido de tintas.

La radiación directa puede causar daños en ojos y piel.

¿Cómo funciona?

La radiación ultravioleta UVC, se ha demostrado un método muy eficiente para la inactivación de microorganismos, con una longitud de onda óptima para su función germicida de 265nm.

Numerosos estudios e informes de investigación concluyen que cuando los organismos biológicos se exponen a luz ultravioleta en el rango de 200 nm a 300 nm, ésta es absorbida por su material genético (ADN, ARN) y componentes de las membranas celulares, pudiendo provocar la ruptura de las membranas celulares y la muerte del organismo.

La absorción por ADN o ARN (específicamente por bases de timina) causa la inactivación de las cadenas de doble hélice de ADN o ARN a través de la formación de dímeros de timina.

Si se crean suficientes de estos dímeros en el ADN, su proceso de replicación se interrumpe y la célula no puede replicarse y mueren en pocos segundos.

La acción microbicida depende de la intensidad de la radiación (o irradiancia) y la dosis aplicada. La irradiancia es la cantidad de energía por unidad de área y se mide en miliwatios por centímetro cuadrado (mW/cm2). La dosis es el producto de la intensidad por el tiempo en que se aplica, se expresa en milijulios por centímetro cuadrado (mJ/cm2).

 

La luz UVC elimina el 99,99% de virus, bacterias, ácaros, moho y resto de patógenos en aire y superficies. Está abalada por los más prestigiosos laboratorios de microbiología del mundo.